Jaime de Jaraiz

Jaime García Sánchez, adoptó legalmente el apellido de Jaraíz en la década de 1960.

Jaraíz de la Vera (Cáceres), 1934 - Madrid, 2007.

La pasión por el dibujo y la pintura se despierta en él a muy temprana edad. Desde niño, impulsado por un gran talento, copiaba sin dificultad aquello que le llamaba la atención y que formaba parte de su vida cotidiana. En 1952, cumplida la mayoría de edad, gracias a una beca concedida por el Ayuntamiento de Jaraíz de la Vera pudo trasladarse a la capital e ingresar en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, tras haber superado con éxito el examen de acceso.

En Madrid estudia a los Maestros del Prado, tomando como principal referente al extremeño Francisco de Zurbarán, y se sumerge de lleno en la vida artística madrileña, acudiendo con asiduidad al Círculo de Bellas Artes y entablando amistad con otros artistas contemporáneos como Antonio Zarco y Benjamín Palencia. A finales de la década de 1950 viaja a París e Italia, suponiendo este último destino un punto de inflexión en su obra, dejándose inspirar por las Madonnas renacentistas y los estudios anatómicos de los grandes maestros italianos como Rafael Sanzio.

Sus obras se caracterizan por un dominio extraordinario del dibujo, de trazo sutil y delicado. Estas representaciones se encuentran envueltas en una atmosfera hetérea y mística que nos alude al sfumato de Da Vinci, donde la luz juega un papel fundamental como elemento que equilibra la composición.

A lo largo de su carrera, la obra de Jaime de Jaraíz viajó de España a Estados Unidos, Sudáfrica y Suecia, cosechando un gran éxito e importantes reconocimientos, entre los que destacamos su nombramiento como Académico Correspondiente de la Real Academia de San Telmo de Málaga (1967) y como Académico de la Real Academia de las Artes y las Letras de Extramadura (1983).