Luis García-Ochoa Ibáñez (San Sebastián,1920 - Madrid, 2019).
Integrante de la Escuela de Madrid.
En su niñez se traslada a vivir a Madrid, donde su padre trabaja como arquitecto. El final de la Guerra Civil coincide con su ingreso como estudiante en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, que más tarde abandoría para dedicarse por completo a la pintura.
Su talento y un significativo reconocimiento de sus obras, le llevaron a la obteción de varias becas, permitiéndole ampliar su formación en Francia, Italia e Inglaterra.
Ya en sus primeras composiciones advertimos una fuerte tendencia hacia lo grotesco y lo caricaturizante, fruto de la contemplación de las obras de Goya y Solana. Las figuras y siluetas negruzcas se alejan del esquema tradicional de la pintura de estos años, marcando así su originalidad y un fuerte carácter antiacademicista.
Una estrecha amistad con el pintor Benjamín Palencia propició su participación en la segunda Escuela de Vallecas, aunque bien es cierto que su pintura mantenía unas líneas muy diferenciadas a las del resto de integrantes. La desfiguración de la realidad y su particular visión del mundo, muchas veces relacionado con el expresionismo nórdico de Munch y Nolde, hicieron de él un artista inclasificable dentro del panorama cultural de la época.
Objeto de numersas exposiciones, tanto individuales como de la Escuela de Madrid, cabe descatar la Antológica de La Escuela Madrid de 1990, comisariada por Javier Tusell y Álvaro Martínez-Novillo González. Entre sus méritos consta su elección como miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1980.